Una vez que han conquistado toda Asia, los persas amenazan ahora a la Hélade con un ejército como nunca antes se había visto. Okela, uno de los generales espartanos, es enviado para comprobar si los informes que llegan a Grecia son ciertos, y se encuentra con que el ejército del rey Jerjes es invencible. Ante esta situación , los diferentes gobernantes griegos se reúnen para buscar una alianza que les permita impedir la invasión, pero el Oráculo de Delfos envía un mensaje claro a los espartanos: deben buscar las fuentes del «Nilo de Occidente» para fundar allíuna nueva Esparta. Okela será de nuevo el elegido para realizar dicha misión. Junto con trescientos hombres más, deberá abandonar Grecia y dirigirse al Oeste en un viaje hacia lo desconocido. Los aventureros se verán así envueltos en la lucha entre Siracusa y Cartago, sufrirán los envites de un mar tormentoso y arribarán a las costas de Iberia, donde encontrarán tribus bárbaras que se opondrán a su búsqueda, mientras intentan seguir el cauce del Ebros y crear una nueva nación en el corazón de aquel territorio inhóspito. Pedro Santamaría se descubre como un gran narrador, tejiendo una novela trepidante que se sumerge en la Historia para dar una explicación sorprendente sobre el origen de los cántabros.
Leer una
novela histórica sobre la legendaria Esparta y encontrar desde su comienzo
una sangrienta batalla no debería sorprender a nadie, lo que si sorprende al lector sera la decisión ante la que se encontrara orillado, debiendo elegir entre leer o postergar. OKELA de Pedro Santamaría es una de esas novelas incisivas, de las que trastornan rutinas y revuelven el trajin diario. Si estas pasando por una etapa de sobre carga de trabajo no la hojees, si tienes compromisos familiares o sociales no curiosees por sus paginas, pues de hacerlo, estarás atrapado; adiós horas de sueño y adiós fútbol por el tiempo que tarde la lectura que en mi caso llevo a penas cuatro días.
La novela esta dividida en cuatro partes: Génesis, Odisea, Anábasis y Hegemón, durante las cuales el ritmo no hará mas que ir aumentando hasta su descenlace.
OKELA narra la historia de ese mundo griego (principalmente sobre Esparta) que ante la amenaza de aniquilación por parte de un Imperio Persa dirigido por un Rey Jerjes (hijo de Darío El Grande) que avanzaba lento pero implacable, consumiendo vidas y recursos, destruyendo todo a su paso y con la firme idea de conquistar la Hélade de una vez por todas; deberá olvidar rencillas y diferencias, con la idea no de alcanzar la victoria contra el imponente ejercito del Rey de Reyes, si no con la de luchar por sobrevivir.
Con este fin, y con la sombra persa acechando a la otra orilla del Egeo, el general Okela es enviado de incógnito, como observador y espía, con la misión de recopilar información sobre las fuerzas invasoras y decidir la mejor estrategia para la defensa de las polis griegas. Los informes obtenidos al igual que los augurios del Oráculo de Delfos son demoledores, solo hay dos esperanzas para el mundo Griego: hincar la rodilla, bajar la mirada y apretar la quijada mientras se entregan la tierra y el agua al gran Rey o la muerte. Durante esta parte de la novela Pedro Santamaría, describe de manera elocuente la tensión del momento, a la vez que vislumbra las similitudes entre las diferentes polis que conformaban el Helade, como sus principales diferencias, siendo las políticas las mas marcadas, ya que cuando en algunas reinaba la democracia en otras como en Esparta, una diarquía consumada era regida por dos reyes. Era esta Esparta, la ciudad sin murallas (totalmente innecesarias), con sus hombres, grandes guerreros iniciados al agogé a la edad de siete años, feroces y disciplinados hoplitas, que en formacion de falange provocaban terror en sus adversarios, debieron encarar su terrible destino, con la convicción de que, si bien Esparta pudiera arder bajo las sandalias persas, las raíces de su ciudad, y el espíritu del Areté debía prevalecer mas allá de sus fronteras. Es de esta manera, que Okela y un grupo de 300 soldados Espartanos, salen en búsqueda de ese lugar, de ese tierra en la que según el Oráculo, se debería de fundar la Nueva Esparta, que prolongara el espíritu de una ciudad, que era moribunda mucho tiempo antes del desembarco del rey Jerjes. La vida espartana, sus costumbres, el día a día, la familia, la amistad y su relación con los Ilotas, se detallan de manera amena y en muchas ocasiones con humor. Es encomiable, la capacidad del autor para introducirnos en ese atmósfera espartana y dotar de vida a esa sociedad, que convencerá al lector, de que es algo que en realidad vale la pena salvar.
El camino que Okela y sus hombres han de recorrer sera largo y peligroso, durante su odisea, seremos testigos de emotivas despedidas, cruentas batallas, reflexiones nostalgicas, aderezadas con sangre y desesperanza, convirtiendo al lector en integrante de la expedicion, proporcionando una extraordinaria experiencia de lectura; durante la cual veremos a estos, los "otros 300", recorrer el mediterraneo, enfrentándose no solo a poderosos ejércitos, si no a mares enloquecidos y terribles tormentas; salvajes bárbaros defendiendo su tierra y el frío, ese frío capaz de quemar como lo hace el fuego. Okela deberá hacer cuanto sea posible, para la unión de sus hombres, ante las adversidades, la lluvia, la nieve y el hambre.
Aunque OKELA es una novela sobre Esparta, durante la lectura podremos conocer mas sobre las costumbres de los pueblos bárbaros de Iberia, durante el siglo V A.C., que los lectores no europeos desconocemos.
OKELA es una novela sobre una expedición, una aventura, pero también una novela sobre personajes. A media novela ya el lector sabrá que Pedro Santamaría es capaz de insuflar vida propia a los protagonistas, sin embargo la manera en que nos regala pasajes y mas pasajes, con personajes secundarios, algunos de ellos con poca incursión en la trama pero al mismo tiempos tridimensionales en su personalidad a pesar de las pocas páginas en las que se desenvuelven, terminan convenciendo al lector, lo gran narrador de historias que es el autor. Yo en lo particular, conservo en mi memoria, pasajes en Siracusa, al amarrar los barcos tras su recorrido mediterraneo y en la nieve barbara; que todavía me causan emoción, por lo que seguir las desventuras de la hermosa Casandra, el impetuoso Telamón, el viejo y sabio Onomácrito por un lado, y los espartanos Agías, Lisandro, Eumenes, el veloz Filón, los peculiares y la vez letales Teleclo y Nicandro el mismo general Okela y tantos otros guerreros lacedemonios, se convierte en definitiva una lectura del todo satisfactoria.
Mucho mas podría escribir sobre la novela, pero mi intención no es ni resumir ni arruinar lecturas, mas bien invitar a los lectores a adentrarse en una historia, sobre el amor a la tierra, la identidad, la amistad, el honor y los ideales. En una historia de personajes reales, creados con coherencia y sin presentismos, en la cual se narra como espartanos, conquistaron Cantabria, heredandoles su carácter, su espíritu de lucha, pasión irreductible y incomparable amor por la libertad y su tierra. En lo personal me ha gustado mucho la forma en que se atan los cabos al final, redondeando con un epílogo como la novela, bastante entretenido y esclarecedor.
Maravillosa novela, bien narrada, con personajes entrañables, entretenida y fluida, que comienza bien y termina siendo excelente. 5/6 Estrellas, recomendable.
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