Durante el siglo III A.C. Cartago y Roma se disputaron la hegemonía en el mediterráneo. Finalmente mas allá de toda la desolación de ese primer choque entre cartagineses y romanos una exigua tregua de paz se produjo (sostenida por un injusto y desfavorable acuerdo de guerra para Cartago), y ambas naciones intentaron recogerse, recuperar fuerzas y lamerse sus heridas. Durante este tiempo, Cartago comprendió que para poder tener posibilidades de triunfo en un futuro con la incipiente nación, tendría que tener bases solidas, es decir, los pies firmes del otro lado del océano. Fue entonces como, los cartagineses posaron sus ojos en Iberia.
Y es con este paisaje tan desalentador cuando nace Icorbeles, en la tribu de los edetanos. Icorbeles es marcado desde su nacimiento por un oráculo ibero como un personaje ilustre y como tal, las expectativas de un pueblo se habrían de convertir en una carga de la que no habría de despojarse jamás.
Desde niño fue iniciado en el arte de la guerra, por lo que el juego y el amor habrían de esperar, ya que a muy temprana edad comprendió que su destino no le pertenecía. Y es que mientras Icorbeles crecía arropado por la tradición ibera, una oscura sombra oscurecía el cielo ibero, desde el otro lado del mar.
Cartago invade Iberia, transformándolo todo, destruyendo lo viejo y erigiendo poderosas fortalezas y murallas en su lugar, cambiando su orografía e influyendo en su arquitectura para siempre.
Cartago es poderosa, inspira miedo -tanto como lo hace Roma- y Cartago ha llegado para quedarse.
EL ESPIRITU DEL LINCE del autor español JAVIER PELLICER narra de excelente forma la resistencia ibera ante el invasor cartaginés que en busca de consolidar su poderío (y fundar una base solida en el continente para sus futuras conquistas) ha decidido instalarse en la península ibérica.
EL ESPIRITU DEL LINCE permite al lector a conocer de fondo la germinación de la segunda guerra púnica en la que Cartago intentaría dejar clara su supremacía ante su mas acérrimo enemigo, pero no solo desde el punto de vista político o bélico, si no del de aquellos cuyas muertes pasan inadvertidas, el del pueblo llano, el de los refugiados, el de los niños que han de madurar a base de fuego y sangre (porque la vida es fugaz en tiempos de guerra), el de los sometidos, el de los pueblos arrasados por los intereses de la guerra, una guerra ajena y que no les aportara nada mas que muerte y tragedia.
Me ha gustado mucho EL ESPIRITU DEL LINCE. Una historia protagonizada por un personaje imperfecto (inmaduro a veces) orillado frecuentemente a elegir entre sus deseos y la razón de estado y que le despoja de ese halo de imbatibilidad y excelencia que rodea a otros personajes literarios, caudillos a quienes inexplicablemente siempre todo sale bien.
Es una historia realista y envolvente, que describe la importancia de la familia y la tradición, el respeto a la naturaleza y a la tierra pero al mismo tiempo, revela los horrores que la guerra lleva allá donde esta se instala, y que contradictoriamente al mismo tiempo, como provoca miseria y desesperación, consigue que germine la unión, los lazos de amistad, la camaradería el sentido de identidad y pertenencia e incluso la lealtad y el amor, inclusive en aquellos pueblos que por política, tradición, o desmedida ambición habían permanecido enemistado por largo tiempo.
Los invito a leer esta excelente novela histórica, bien documentada y en la que aparecen personajes históricos de renombre -entre los que se encuentran algunos de apellido Barca- y que en conjunto con los personajes de ficción constituyen una muy novela redonda, entretenida y didáctica y muy disfrutable.
