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lunes, 13 de enero de 2014

EL AGUILA EN LA NIEVE - WALLACE BREEM




El otrora todopoderoso Imperio romano se encuentra en sus años finales. Perdida la virtud y la potencia militar que lo hicieron grande, gobernado por meras sombras de los gigantes de antaño y acosado en todas las fronteras por hordas de feroces bárbaros, tan sólo un hombre se interpone entre Roma y su casi segura destrucción: el veterano general Paulino Gayo Máximo.Curtido en las duras batallas ante el Muro de Adriano, Máximo comanda la legión encargada de defender la peligrosa frontera del Rin. Más allá del río, naciones enteras afilan sus armas, acuciadas por el hambre y los sueños de la riqueza del Imperio. La esperanza de la victoria hace mucho tiempo que se perdió y a Máximo sólo le queda retrasar la inevitable derrota; sólo le queda vivir con honor y morir con la espada en la mano.






EL ÁGUILA EN LA NIEVE de Wallace Breem, es la radiografia perfecta de un imperio que se se desangra, cuyas fronteras penden de un hilo, mientras el mito de su grandeza cae a pedazos. Esta es la historia del inicio del declive de uno de los imperios mas poderosos de la antiguedad, Roma.

Olvidemos a Julio Cesar, a Octavio, Claudio, Vespasiano; olvide monos también de Trajano o Adriano e incluso del mismísimo Marco Aurelio o Constantino, porque estos no son tiempos de gloria y esplendor, sino es tiempo de guerra, hambre y frío, muchisimo frío.

El veterano general Paulino Gayo Máximo (si, el mismo Máximo que inspirara a Ridley Scott para crear a Máximo Décimo Meridio mejor conocido como Gladiator) narra en primera persona, a manera de recuerdos, como deja atrás su vida en el Muro de Adriano para trasladarse y tomar a su cargo la Vigésima Legión, en la frontera con Germanía.

Wallace Breem, narra de manera dramática y cruelmente realista, la precaria situación que vivían las legiones romanas en las limes del imperio, donde además de luchar incansablemente contra las diferentes tribus barbaras, deberán enfrentar las condiciones climáticas, la falta de alimento y paga, sin contar la corrupción e injusticias dentro de la misma milicia.

Máximo, intentara acompañado de su fiel amigo y mano derecha Quinto, y otros mas,  fortalecer la frontera germana, vigilando el rió Rin, tratando de evitar a toda costa que los germanos, ya sean alamanes, marcomanos o burgundios, se internen dentro del imperio y arrasen con su salvajismo los agonizantes restos de la civilizacion romana en esas frías latitudes. Pero esto no sera fácil.

La situación no es sencilla, el imperio de occidente es un cadáver viviente, un grotesco desfile de emperadores van y vienen desde Valentiniano I, Graciano y Valentiniano II; hasta Teodosio I y Honorio, todos y cada uno de ellos, incapaces de restaurar el orden y fortalecer la defensa de las fronteras. Roma se extingue, se apaga, muere.

Las batallas al norte del muro, los limitados recursos, soldados insuficientes, falta de pago a las legiones motivan  a los legionarios a internarse al norte dejando atrás a sus armas, nadie desea luchar y morir sin oro de por medio.

De pronto, el cosmos conspira contra el imperio y casi simultaneamente, tribus barbaras de todo el imperio se agrupan y asaltan las fronteras: pictos y brigantes se unen para sacar a Roma de Britania, los bárbaros avanzan quemando las villas romanas en la provincia, obligando a las legiones a retroceder al mar, deseando borrar todo vestigio romano de la isla; los visigodos y otras tribus hacían lo mismo en Hispania; mientras los teutones, francos, vándalos, vacomagos, cuados y burgundios en Germania, esperaban el invierno conteniendo un feroz grito de guerra en la frontera del Rin.

Máximo, el general, el poderoso baluarte romano ante la barbarie germana, acostumbrado a dar ordenes y ser obedecido, con autoridad total en la frontera norte del imperio, no puede detener el invierno. El invierno llega, y aunque el general Máximo, con la mirada profunda y fija sobre el Rin, apretando la quijada le ordena a la corriente que no se hiele, la naturaleza es indomable, el viento sopla, la nieve cae y el Rin se hace hielo.

La ultima defensa de un imperio decadente, del otrora invencible imperio romano esta por comenzar.

Una excelente novela histórica, bien documentada y que coge vuelo conforme se lee, con algunos pequeños pasajes lentos, que rápidamente son dejados atrás por la incesante acción. Batallas, luchas y escaramuzas, bosques oscuros, vientos ululantes y poderosos combatientes bárbaros, se unen para hacer de esta novela una excelente experiencia de lectura.

La inmensidad del imperio, las guerras intestinas, el auge del cristianismo, las migraciones barbaras por culpa del frío y el hambre, la cesión de territorios a bárbaros por la incapacidad de contención en las fronteras lo que implico la escasez de tributos y riqueza, dieron a Roma el tiro de gracia. 

Desesperanza, hambre y frío, testimonio de las cenizas de un imperio.

Excelente novela, me ha encantado leerla, 5/6 Estrellas para mister Breem.





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